Comienza el mes de mayo con un ataque de vientos de poniente que parecían poner fin a la primavera, finalmente no ha sido así. El calor entra poco a poco por las ventanas y el polen va dejando a su paso a muchos alérgicos afectados por la proliferación de multitud de partículas. Desde hace pocos años la alergia hace mella en este mes y me desajusta con tos y estornudos a doquier.
Mayo es un mes de mucho trabajo puesto que comienzan las ferias de toda la zona con San Isidro en Estepona y en junio con San Bernabé en Marbella. El olor de la dama de noche impregna las calles y las terrazas se copan de parroquianos deseosos de tomar un helado o refresco.
El color de los atardeceres se antoja entre rosas imposibles y azules tenues que se van fundiendo con la noche. Es mayo y todo despierta. Los pájaros buscan pizcas de pan entre los pies de los comensales de restaurantes y las olas del mar repican con su espuma.
No hay duda ha llegado la primavera y con mayo el alma se toma un respiro de tanta lluvia del invierno, miramos de cara hacia el verano y aparece una sonrisa ante la llegada de las vacaciones estivales.
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